En el siglo XVIII, cuando la madera de los Pirineos para la fabricación de barcos se estaba agotando, se encontró en el remoto bosque de Pacq la solución ya que tenía árboles lo suficientemente grandes para los mástiles. Para llegar a él, todavía es necesario recorrer el vertiginoso camino de 1.200 de largo por 4 metros de ancho por el que circulaban los bueyes en fila india tirando de las yuntas para transportar árboles de 30 metros de largo.
Esta madera era ideal para fabricar los mástiles, por ser un tronco recto y sin nudos, se utilizó para las flotas de la Royal Navy bajo Luis XIV y Luis XV. Los troncos se transportaban en balsas flotando a lo largo de los ríos de montaña, desde el puerto de Athas hasta Bayona, en los Pirineos Atlánticos franceses.
HOY
Espectacular y audaz, el Chemin de la Mâture se ha ganado su reputación por su recorrido vertiginoso es un camino único y original para quienes buscan un sendero insólito.Su construcción fue, obviamente, complicada y peligrosa, pero hoy
el Chemin de la Mâture accesible para todos.