Los Pirineos, un gran destino
Cuando la niebla se desliza por las colinas de Gascuña y Bigorre, las cimas emergen de las nubes, como una isla que emerge entre Francia y España. Los Pirineos no son una frontera, son insulares.
El circo de Gavarnie - Unesco
El circo de Gavarnie, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, es el anfiteatro natural más famoso. El circo, encerrado entre sus paredes minerales que alcanzan los 1500 metros de altura y sus dieciséis picos de 3000 metros, es realmente espectacular.
Noche deslumbrante en el Pic du Midi
Desde el Pic du Midi, puede observarse un cielo nocturno extraordinario que le valió la clasificación «Reserva Internacional del Cielo Estrellado». ¿Cuál es el secreto de esta claridad cristalina? La pureza del aire y la gran estabilidad de la atmósfera a 2877 metros.
El Vignemale y su glaciar
El Vignemale, gigante calcáreo en un mundo de granito, mira desde lo alto al glaciar de Oulettes de Gaube mientras las ovejas pacen apaciblemente en los pastos de la montaña.
Zapata de la reina
Una orquídea de admirable belleza, la más espectacular y rara orquídea silvestre de los Pirineos. Todos los años, al desplegar su vestido de sangre y oro entre mayo y junio, atrae una extraña peregrinación de botánicos aficionados, orquideófilos, profanos y expertos, fotógrafos y curiosos de todo tipo.
La Gourgue d'Asque
Un lugar cuya atmósfera es mágica, casi irreal. La profusión de la vegetación de su misterioso bosque cubierto de musgo y líquenes, le ha valido el mote de «Pequeña Amazona de los Pirineos».
El cañón de Ordesa - Unesco
Con sus murallas dantescas, acantilados vertiginosos, circos suspendidos, «fajas» aéreas, cascadas centelleantes, Ordesa es la expresión de la desmesura. Este paisaje con aspecto de colorado pirenaico, único en Europa, forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La Reserva Natural Nacional de Néouvielle
Un ramillete de espejos azulados que centellean entre praderas de rododendros y bosques de pinos negros. Con más de cien lagos, esta reserva posee la mayor densidad lacustre de Europa.
Pirineos íntimos
Los Pirineos, con sus valles secretos, íntimos y mágicos, encierran muchos lugares idílicos, con aires de paraíso perdido, donde da gusto vivir y tomarse un tiempo para disfrutar. Aún hay mucho para descubrir. No lo dudéis, abandonad de vez en cuando la carretera principal y recorred las secundarias para llegar a los Pirineos íntimos y confidenciales. Os revelamos algunos de nuestros rincones secretos…
Les Baronnies
Es una región secreta, una región de colinas y valles salpicada de aldeas y surcada por pequeñas carreteras, una región de grutas y abismos, una región de misterios y leyendas. Hace cientos de años, los monjes blancos instalaron aquí su santuario y le dieron el nombre poético de «Escalera a Dios», que se convirtió en «Escaladieu».
El viñedo de Madiran
Un viñedo íntimo recostado en las estribaciones de los Pirineos, que evoca la imagen de un vino equilibrado y penetrante. Sin embargo, también puede alcanzar cotas de elegancia y delicadeza gracias a la profundidad e intensidad que añade la «tannat».
La Barousse
Un valle intemporal, ligeramente perturbado por el bramido de los ciervos que resuena durante su ritual de cortejo. En sus extensos y densos bosques de hayas y robles, ellos encuentran un refugio sin igual en Europa.
El Val d’Azun
Este pequeño valle bucólico y pastoril lleno de encanto se encuentra en el Parque Nacional de los Pirineos. ¡Tierras de pastores, de ordeño y de quesos!
El majestuoso espectáculo de la vida silvestre
Entre laderas cubiertas de hierbas, bosques densos, caos rocoso, ríos cristalinos y pequeños rincones vírgenes, la cordillera pirenaica es un precioso refugio para una rica fauna salvaje y original, aunque extremadamente frágil. El rebeco, el urogallo, la cabra montés, el alimoche o el quebrantahuesos son los animales emblemáticos más famosos de la región.
Los Pirineos también albergan un gran número de especies raras o en declive a escala europea, como la lechuza de Tengmalm, el búho real, el pico dorsiblanco, el águila o el milano real. Son la garantía de la inigualable biodiversidad de este macizo.
La calidad del medio ambiente y de los hábitats es un factor clave de la biodiversidad de los Pirineos: menos desarrollado y menos poblado que los Alpes, el macizo aún conserva muchas zonas totalmente vírgenes…
La montaña en flor
En los meses de verano, los Pirineos ofrecen un fascinante espectáculo de fuegos artificiales cuando, en las laderas de sus valles, explotan flores de mil colores. Pues la flora de los Pirineos es de una riqueza incalculable. Hay más de 4500 especies registradas. También goza del privilegio de conservar ejemplares raros, como la famosa «zapatilla de dama».
Además de ser excepcionalmente exuberante, la flora de los Pirineos siempre ha sido la aliada del hombre. Los pirenaicos conocen desde hace tiempo las valiosas virtudes de las plantas: cura depurativa a base de genciana amarilla dos veces al año, antes y después del invierno; infusión de hojas de zarza para curar la garganta; apósito de hojas de llantén para cicatrizar cortes y panadizos, compresas de hiedra para tratar el herpes…
Los Pirineos, una montaña habitada
No hay valle sin su ramillete de casas agrupadas. A veces son caseríos, sin ayuntamiento ni campanario. Pocas veces, ciudades o aldeas. Son simplemente «pueblos». No forman parte del paisaje, pues ellos mismos lo han modelado.
La vida en los pastos de la montaña
Caminos ribeteados de muros bajos de piedra o de setos surcan el paisaje. Trazados por las pisadas de hombres y animales, conducen a las granjas y cabañas que bordean las laderas en lo alto. Todos los veranos, estas rudimentarias viviendas dan cobijo a los pastores y a sus rebaños que vienen en busca de pastos cada vez más altos.
Tierras de pastoreo para compartir
Todos los meses de julio, rebaños de cientos de vacas procedentes del valle aragonés de Broto cruzan la cresta fronteriza, a 2336 metros de altitud, en el lago de Bernatuara, para pastar en el valle de Ossoue, en la comuna de Gavarnie. La hierba está más húmeda y es más abundante. Los habitantes de Pays Toys reciben a los pastores aragoneses con gran alegría, entre besos y abrazos, y copa en mano. Los Pirineos no los separan, los unen.
Región de agua
¿El verdadero e inagotable tesoro de los Pirineos es el agua? En todas partes, hay una sucesión de manantiales beneficiosos. Los torrentes caen en cascada por la montaña, los ríos surcan los valles y las llanuras y los lagos invaden la cordillera.
Aguas termales
Los pirenaicos no tardaron en descubrir los beneficios de estas aguas termales. Bañarse en ellas ayudaba a calmar el dolor, la hinchazón y otras molestias. Hoy en día, no solo son frecuentadas por sus propiedades curativas. También son una agradable distracción, un bienvenido respiro, una profunda relajación. Aprovechando estas inimitables ventajas naturales, los pirenaicos han creado un abanico único de centros de balneoterapia dotados de los equipos más modernos: laguna de aguas termales, camas de burbujas, géiseres, cabinas de hielo…
Región de los lagos
Los Pirineos, región con innumerables lagos de aguas azul turquesa, poseen un sorprendente número de palabras, una más hermosa que la otra, que los describen: boum, eoo, ibón, lago, embalse, gourg, estanot, laquet... Como también, numerosas orillas acogedoras para los pescadores, los excursionistas o los simples contemplativos subyugados por el reflejo de las cumbres en los espejos azules. Estos oasis en plena montaña atraen tanto por su belleza como por su misterio. Pues los lagos de los Pirineos siempre han sido ese lugar misterioso donde vivían las hadas…